SAGRADA CENA
Autor de las imágenes.- La imagen del Señor de la Cena fue realizada por el imaginero Sebastián Santos Roja, mientras el apostolado que acompaña al Señor en este momento inicial de su Pasión y Muerte fue realizado por el imaginero Luis Ortega Bru.
Fechas de ejecución de las imágenes.- Sebastián Santos Roja talla la imagen del Señor de la Cena en el año 1955, completando el apostolado nuevo Ortega Bru entre el año 1975 y el año 1982
Técnicas.- Imágenes de bulto, talladas y policromadas en madera, cubierta la talla con las túnicas y mantolines con los que son presentados a la devoción de los fieles.
Ciclo de la Pasión.- La Última Cena.
Momento de la Pasión.- Jesús, con la copa del Cáliz en sus manos, instituye la santa Eucaristía, durante su Última Cena.
Cofradía.- Antigua, Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental, Esclavitud de Nuestra Señora de la Encarnación y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Cena, Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora del Subterráneo.
Fecha de fundación.- Siglo XVI.
Templo de culto.- Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, conocida popularmente como Los Terceros.
Templo de salida procesional.- Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, conocida popularmente como Los Terceros.
Jornada de procesión.- Domingo de Ramos.
En los Terceros, el cáliz del amor rebosaba desde la altura a lo Subterráneo, nada quedó ajeno al sacrificio supremo. La hogaza de la vida eterna repartida en ese día en el que, más que nunca, necesitábamos de Él, de su mirada dirigida al firmamento, de esa espalda donde sangran nuestras culpas, del llanto que confirma la realeza en el culmen del dolor.
El misterio de la Cena se plantó en la puerta y el capataz pronunció, como quien recita un párrafo del libro de los proverbios: Vamos a sacar a Nuestro Padre de paseo.
No pude reprimir el llanto. La Semana Santa había vuelto como la esperaba, arañándonos el alma con la estampa y el recuerdo.
Años atrás, el primero de la familia Palacios al frente del llamador del Cenáculo, nuestro recordado Rafael, antes de repartir los relevos en la plaza de San Pedro, con lágrimas en sus ojos se dirigió a nosotros, asegurando que, para él, el día más hermoso de la semana era el domingo porque era cuando sus hijos le decían a sus nietos: vamos a ver a mi padre, que lo vamos a sacar de paseo, y aquello era lo que habíamos ido a hacer nosotros en el Domingo más hermoso del año:
sacar a Nuestro Padre a pasear. Cuando su hijo Fali repitió aquella sentencia el Domingo de Ramos alcanzó la plenitud que nos habían robado.
De padres a hijos, de hijos a Padres. Desde la propia gestación, la Semana Santa se mantiene enredada en esa madeja que el tiempo no descompone. Cualquiera de sus cabos sirve para afianzarla. Cuando tenemos conciencia participamos de ella, sacamos a nuestro Padre, a Cristo, a pasear por sus calles y lo acompañamos como marcan los ritos, pero hasta entonces son nuestros padres los que nos acercan a esa Sevilla que se mantiene sin fecha en nuestra retina. Con esa cercanía, en esa confianza, vamos madurando y aquellas enseñanzas primeras nos dejan estigmas de amor en la mirada y con esos mismos ojos volvemos cada Domingo de Ramos a buscar nuestra propia vida con la alegría de saber el final que se nos tiene prometido y con la añoranza en cuarto creciente.
Casellas Rodríguez, Enrique: Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2023
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